El Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), el proyecto Cos4Cloud, la empresa Anèl·lides – Serveis ambientals marins, la asociación medioambiental Xatrac y tres centros de submarinismo: Oceanicos, Escafandra Calafell y Plàncton Diving han aunado esfuerzos para impulsar la campaña retorno al mar, una iniciativa de ciencia ciudadana que pretende recoger el máximo de observaciones de biodiversidad marina en la costa catalana durante julio, agosto y septiembre. 

 

‘Retorno al mar’ anima a la ciudadanía a (re)conectar con la naturaleza tras estos meses en casa, descubrir una gran variedad de especies marinas y compartirlo con otras personas. Además, las observaciones que se obtengan de las playas de Badalona, Barcelona y el Maresme se podrán comparar con datos anteriores al confinamiento. ‘Tenemos la sospecha de que, gracias a los meses de ausencia o disminución de actividad en áreas marítimas, algunas especies marinas se han aventurado a ir a zonas del mar menos profundas, esta campaña es una oportunidad para comprobarlo’, explica Andrea Comaposada, bióloga y fundadora de Anèl·lides. 

Cualquier persona puede participar en la iniciativa, basta con desenfundar la cámara o el móvil, buscar seres vivos del ecosistema marino, bajo el agua o cerca de la playa, hacerles una foto y colgarla al proyecto ‘retorno al mar’, disponible a través de la plataforma de ciencia ciudadana Natusfera. El proyecto estará abierto desde el 15 de julio hasta el 30 de septiembre

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El impacto del confinamiento en el mar 

 

Por el momento se desconoce si los participantes encontrarán más biodiversidad en zonas menos profundas a causa del confinamiento, ya que no se dispone de suficientes datos y las investigaciones entorno al impacto en la naturaleza de estos últimos meses requieren más tiempo. 

 

No obstante, puede haberse producido un cambio de distribución y comportamiento de grandes organismos como cetáceos, peces grandes y aves marinas, en consecuencia esto puede haber afectado a los organismos de los cuales se alimentan y a la química del agua. A este respecto, Francesc Peters y su equipo de investigación del ICM-CSIC han comenzado a recolectar datos para averiguarlo, si bien todavía no se han analizado las muestras, según comenta Francesc, sí cree que “puede haber algún efecto en este sentido, aunque será difícil comprobarlo”. 

 

La página de la campaña ofrece una guía orientativa con algunos de los organismos marinos más comunes de la costa catalana. La elaboró Anèl·lides junto al ayuntamiento de Badalona durante el verano de 2019 y aunque el objetivo era averiguar qué especies se ven con más frecuencia en la playa de Badalona, es extrapolable a otras zonas, ‘lo más especial de esta guía es que todas las fotos son de personas que participan en Natusfera’, puntualiza Andrea en este sentido. 

 

Además, una vez esté subida la fotografía, una red de personas expertas y naturalistas ayudarán a identificar y validar las observaciones.  

 

Una fuente valiosa de datos 

 

Además de ser una herramienta de aprendizaje, la ciencia ciudadana se utiliza para conseguir información a la que puede acceder fácilmente toda la comunidad científica. “Es una manera de conseguir datos de áreas extensas de forma muy económica, queremos que la ciencia ciudadana pase a formar parte de la investigación y la toma de decisiones a nivel de políticas medioambientales”, expone Jaume Piera, que es investigador del ICM-CSIC, está asociado al CREAF y coordina el proyecto Cos4Cloud. 

 

El objetivo del proyecto europeo Cos4Cloud, uno de los impulsores de la campaña, es precisamente mejorar la tecnología de la ciencia ciudadana para que tenga un alcance más global. De hecho, uno de los servicios en los que trabaja el proyecto es MECODA, que según Jaume “permitirá visualizar y comparar todo tipo de datos con mucha facilidad, por ejemplo, serviría para comparar los datos de biodiversidad antes y después del confinamiento’.