Las “lágrimas de sirenas” de plástico.

Los pellets son estas pequeñas bolas de plástico. Se trata de la materia prima para la fabricación de otros plásticos más grandes, como el caso de los artículos de un solo uso.

Se obtiene en las refinerías de petróleo y también tras el proceso de reciclaje. Una vez en las fábricas se funden y se les da la forma deseada.

Tienen una medida inferior a 5 mm, lo que les hace ser microplásticos. Además, se clasifican como microplásticos primarios, ya que cuando son liberados al medio ambiente su forma original ja es de 5 mm.

No es raro encontrar algunas de estas bolitas en nuestras costas, aunque a veces cuestan de ver, ya que se camuflan bien entre la arena, debido a su forma y color. 

Pero la pregunta es, ¿cómo han llegado hasta la playa?

Esto es debido a una mala gestión de la producción, el transporte y/o el almacenamiento de estos. Su medida facilita que sean más escurridizos y fáciles de escapar de los contenedores. Además, tiene una densidad muy baja, por lo que cuando llegan a mares y océanos se dispersan con mayor facilidad con las olas y corrientes.

Debido a su composición y características se trata de un COP (componente orgánico persistente) y, por lo tanto, no se degrada, es bioacumulable y tóxico.

Lo que hace que si la fauna marina ingiere alguno de estos microplásticos les puedan provocar inanición, es decir, la falta de nutrientes y energía por la falta de alimento, cambios en el metabolismo, problemas de reproducción o incluso la muerte del animal, entre otras. Así como la transferencia de estos microplásticos a lo largo de la cadena trófica, pudiendo llegar a nosotros.

La contaminación por plásticos en los ecosistemas acuáticos representa el 85% de los desechos marinos. Pero es que en el caso de los pellets, se trata de la segunda fuente de contaminación más importante de microplásticos, se estima que 10 trillones de pellets acaban cada año en los océanos. 

Algunos ejemplos

Según el informe realizado por Good karma projects, desde 2016 consta que en las costas de Tarragona hay pellets. Siendo la playa de La Pineda la más contaminada por microplásticos, estamos hablando de una estimación de 120 millones de pellets en marzo de 2019, según Greenpeace. 

Gracias a los voluntarios de diferentes ONG se consiguieron recoger 800.000 pellets, lo que equivale a 15,8 kilos. Ninguna empresa se ha responsabilizado de estos vertidos 

Recientemente, las costas gallegas están sufriendo una catástrofe ambiental debido a los pellets. A principios de diciembre cayeron al mar varios contenedores del buque Toconao, de los cuales uno de ellos cargaba mil sacos de 1,23 millones de pellets en cada uno, lo que equivale a 26,4 toneladas derramadas en el mar. 

Desde las instituciones no ha habido una línea de actuación compenetrada desde un principio, por lo que diversas asociaciones medioambientales y ciudadanos voluntarios se han unido a las limpiezas de las playas. Una de ellas, Noia Limpia, ha facilitado un formulario en el que se registran todos los avistamientos para tener una idea clara de como está la situación y las playas afectadas.

Actualmente, solo hay programas de buenas prácticas que son de aplicación voluntaria y no existe un marco regulador. Es necesario que la administración y las empresas involucradas adopten las medidas necesarias para poner fin a este grave problema ambiental. Para ello, desde NoiaLimpa, Ecoloxistas en Acción. Plademar, Asociación Redes de Sal, Festival Mar de Mares, y Surfrider España (entre otros) se ha creado una petición (https://www.change.org) donde se pide: 

1-recalificar los pellets para que sean considerados productos peligrosos y muy contaminantes. 

2- cambiar la normativa de transportes marítimos para que los pellets viajen con más medidas de seguridad y sean manejados por profesionales especializados.

3- exigir responsabilidades, con multas a las empresas implicadas, productoras y de transportes, que provoquen esta catástrofe.

4-establecer un protocolo de actuación en caso de desastre medioambiental a nivel estatal para actuar con celeridad. 

 

Bibliografía