Pensad en una playa, ¿Qué os viene a la cabeza?

Puede que penséis en una playa con edificios a primera línea de mar, con un paseo marítimo; pero puede que os imaginéis una playa sin edificios cercanos, con dunas y vegetación asociada. Estas últimas son las playas naturales y sus dunas tienen una gran importancia a nivel ambiental. 

¿Qué son las dunas?

Las dunas son acumulaciones de arena que se forman cuando los granos de arena son desplazados por el viento y se acumulan alrededor de un cuerpo más grande con el que topan, como un tronco, una piedra, una planta, etc.

Con el tiempo, distinta flora puede ir cubriendo la duna haciendo que la arena que forma la duna quede más o menos fija. Podríamos decir entonces, que para la formación de una  duna es necesario la interacción de viento, arena y vegetación hasta llegar a un equilibrio que permita el correcto funcionamiento de estos ecosistemas costeros.

Importancia de las dunas

Las dunas son la primera defensa que tenemos contra los temporales ya que conforman una barrera natural que protege todo lo que hay detrás de ellas, como poblaciones, campos de cultivo, humedales, etc.

Si nos centramos en su importancia ambiental, su función es actuar como reservorio de arena permitiendo que las playas se regeneren de forma natural. Es por este motivo que las playas artificiales requieren de infraestructuras e intervenciones antrópicas para poder mantener la arena en la playa.  Además albergan una gran biodiversidad con especies específicas que son únicas de estos ecosistemas.

Estas formaciones de arena son ecosistemas muy frágiles que hay que conservar por su gran importancia ambiental, es por eso que es fundamental que en las playas donde hay dunas se camine por los caminos señalizados y no se entre en la zona restringida para permitir la existencia de estas y de la flora y fauna que habitan en ellas.

Adaptaciones de la vegetación

Las dunas son un ambiente especialmente hostil para la vegetación, las plantas que habitan en ellas tienen que estar adaptadas a unas condiciones ambientales extremas como el viento, la deficiencia de nutrientes, la alta salinidad del suelo, las temperaturas elevadas, la alta insolación y la escasez de agua entre otras.

Para vivir en la arena las plantas han desarrollado distintas estrategias como por ejemplo raíces largas y muy ramificadas para fijarse en el suelo, hojas estrechas y/o puntiagudas para evitar la pérdida de agua, pelos para tener una superficie de absorción del agua mayor. 

 

 

Bibliografía